LA FORMACIÓN DEPORTIVA EN LOS FUTBOLISTAS JÓVENES

“Me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí”

Introducción

La formación deportiva del futbolista joven la compone un sistema de interdependencia de acciones. Es de suma importancia comprender la función educativa de todos los actores del contexto deportivo: directivos, directores deportivos, entrenadores y los padres para la adecuada preparación del joven en la actividad deportiva. A partir de ahí, los perfiles de cada rol y sus formas de conducción esperadas cumplirían un trabajo integrado y coordinado.

A continuación, se dan algunas sugerencias para la optimización de la toma de decisiones de los protagonistas de la cadena del fútbol formativo.

A).- Directivos del fútbol-base.

“Me gusta que la labor del entrenador de base sea respetada y valorada. Es un formador de personas. Si yo fuera presidente de un club, invertiría mucho más dinero en entrenadores de base”

Los directivos tienen la mayor responsabilidad en la visión global de la escuela o del club, marcando el rumbo de la institución y debiendo procurar los recursos adecuados para la formación integral, física, técnica, táctica y psicológica de los futbolistas jóvenes.

El primer eslabón son los directores técnicos o los coordinadores de fútbol-base que son los que deben establecer la planificación de los programas deportivos para lograr los objetivos formativos. En este sentido, las acciones de RRHH son esenciales para dar una guía que busque la mayor eficacia y efectividad sobre el proyecto deportivo.

Por ejemplo, algunas de sus tareas fundamentales son la elección de los entrenadores y, una vez que formen parte del club, procurar su constante actualización.

(1) ¿Quién es el mejor entrenador de fútbol-base?

“No es lo mismo enseñar que entrenar”

Para la elección de los entrenadores se deben tener en cuenta algunos aspectos esenciales:

  • No deben reproducir el fútbol de élite en los entrenamientos.

Ancelotti, uno de los mejores entrenadores de fútbol del mundo, recordaba cómo le entrenaba Nils Liedholm, “tenía un estilo de entrenamiento diferente cuando lo comparamos con lo que domina hoy, realmente le encantaba estar en el campo, para enseñar a los jugadores más aspectos técnicos que aspectos tácticos. Podía estarse dos horas ensayando un ejercicio técnico”.

  • No debe focalizarse de manera prioritaria en los resultados deportivos.

Debe tener claro que ganar no es  la mejor manera de formar. En ningún caso debe plantearse el falso dilema entre buscar la victoria en un partido o la formación adecuada de los jóvenes futbolistas.

Por ejemplo, el director deportivo del Villareal: “a los entrenadores les damos libertad en función de las necesidades del jugador para mejorar, no del equipo para sacar un determinado resultado”.

  • Es muy importante que disfrute con su papel de educador-formador.

“El placer del entrenador de fútbol ha de ser el placer de un artesano, no el de un industrial. Somos artesanos de la enseñanza y la formación del deportista. El entrenador ha de ser feliz con el progreso de su deportista, no con el objetivo final que consiga. Feliz por el proceso, no por la victoria. Eso es lo que debe llenarnos de satisfacción. El primer placer es ver crecer a tus jugadores”.

  • Es determinante que se preocupe por el entorno del futbolista.

Es decir, tiene que entender al joven deportista en su totalidad no únicamente como futbolista. Por eso, es importante que tenga en cuenta otras actividades que realicen sus jugadores: por ejemplo, estudiar. Que sepan cómo llevan el curso, si progresan adecuadamente -entonces deberán felicitarles-, si necesitan ayuda etc.

(2) Velar por la adecuada motivación de los entrenadores.

“Tú para enseñar, debes enseñar cómo tirar a portería, cómo regatear, cómo pasar… y no es fácil. Hay que estar con alguien que le guste eso”.

Otro aspecto prioritario es la adecuada motivación de los entrenadores, como plantea Sergio Navarro, director de Metodología del fútbol del Villarreal: “el entrenador es el mayor valor de un club y hay que ayudarle a mejorar”.

Así, los clubes, academias o escuelas de fútbol deberían tener un Programa de formación en psicología deportiva para entrenadores con el objetivo de favorecer el progreso de sus habilidades. Aspectos clave, como por ejemplo:

  • La comunicación con los padres de los deportistas.
  • La gestión de los aspectos organizativos.
  • El liderazgo y la dirección de un equipo.
  • Algunas estrategias psicológicas para los entrenamientos.
  • Cómo mejorar la actuación del entrenador en la competición.

Otra acción encaminada a mejorar la motivación, estaría dada por implementar sistemas de evaluación y de recompensas.

B.- Los padres de los deportistas

“La comunicación es la mejor forma de crear relaciones fuertes”

Paradójicamente en demasiadas escuelas o clubes los padres tienen el estatus  del eslabón perdido del fútbol formativo, se les observa y se les juzga más como una pesada carga que hay que sobrellevar como sea que como lo que realmente son: los responsables de los jóvenes futbolistas y una parte fundamental de la actividad. Al ser una pieza determinante más de la iniciación deportiva y para evitar las consecuencias negativas que puedan tener sus comportamientos, es prioritario trabajar juntos estableciendo un diálogo productivo en una doble dirección.

1).- Los padres y las escuelas o clubes de fútbol.

“El que quiera ser líder debe ser puente”

Al tomar decisiones en relación a la carrera deportiva de sus hijos algunos padres reciben ofertas que parecen no poder rechazar “es que en este equipo vamos a ganar siempre”, e intercambian a sus hijos de club únicamente imponiendo como valor supremo del fútbol-base el resultado.

Entonces, para que los padres tengan más probabilidades de acertar en la elección de una escuela o club de fútbol para sus hijos, ¿qué aspectos podrían valorar?, ¿qué debería tener más peso en su balanza?, ¿qué deben sopesar detenidamente?

a.- El proyecto deportivo y la filosofía del club o escuela de fútbol.

¿Se prioriza el resultado o la formación?, ¿existe una preocupación global por el niño, no solo como deportista?, ¿hay un ambiente positivo?, ¿se exige a los niños según su nivel?, ¿los futbolistas aprenden y mejoran de forma progresiva?, ¿los chicos participan y están activos en los entrenamientos?, ¿el entrenador respeta a sus jóvenes futbolistas?, ¿juegan las competiciones todos los niños que cumplen las normas de funcionamiento del equipo?

b.- La Formación deportiva exige tiempo y el resultado no debe ser una prioridad.

En estas categorías de formación lo importante son las “luces largas”, es decir, los objetivos no deben ser inmediatos: “en el trabajo de cantera, el resultado no se ve desde el primer momento”. Es decir, la evolución de cualquier futbolista joven exige completar un proceso de formación donde es imprescindible tener paciencia y continuidad:

“con los jóvenes todo se ve desde una perspectiva mucho más longitudinal, donde piensas en un trabajo a medio y largo plazo, donde no vas a contrarreloj. Todo eso te da más margen para dejar a un lado el resultado e ir más allá”.

c.- La calidad de los entrenadores.

Un entrenador con un liderazgo centrado en la persona -nuestros hijos-, adecuadamente formado y con interés por seguir aprendiendo, que sea un modelo de comportamiento dentro y fuera del campo de fútbol y que deje iniciativa y fomente la creatividad de los futbolistas jóvenes. De esta manera, estará más capacitado para desarrollar esta complicada labor y la experiencia deportiva será más positiva para los niños.

d.- Otros aspectos:

Determinadas aptitudes eficaces qué pueden adquirir sus hijos con la práctica de un deporte que nada tienen que ver con el resultado:

  • El aprendizaje de valores, individuales, como es esfuerzo o colectivos, como el trabajo en equipo.
  • La socialización con sus compañeros de equipo y con otros deportistas.
  • La posibilidad de hacer compatibles los estudios y el deporte aprendiendo a organizar el tiempo.
  • Desarrollar la Fortaleza psicológica.

Es decir, una proporción muy pequeña de los jóvenes deportistas llegará a hacer del fútbol una profesión, pero la mayor parte deberán seguir con su vida normal. En este tránsito, si la práctica deportiva la han realizado en el contexto propicio y guiados por los  entrenadores adecuados podrán llevarse del deporte estas habilidades que les valdrán para su vida cotidiana como adultos.

2).- Los Clubes o Escuelas de fútbol y los Padres.

“Cuando viene mi papá me pongo nervioso porque no sé qué va a pasar”

No se debería excluir sistemáticamente a los padres de una mínima y adecuada información deportiva, siendo este aspecto determinante pues la mayoría carecen de una cultura deportiva adecuada para actuar en los entrenamientos y las competiciones. Así, es bastante frecuente observar a padres presionando a sus hijos, gritándole al árbitro o menospreciando al entrenador.

Uno de los objetivos prioritarios  de un club o escuela de fútbol-base es que los padres entiendan cuál es su rol en el proceso formativo de sus hijos. De esta forma, para poder educar a los padres es fundamental que exista un Programa de formación a padres de futbolistas que incluya determinados aspectos clave como, por ejemplo:

  • La comunicación con las familias en el fútbol-base.

Los clubes deben informar a los padres sobre la filosofía, los objetivos deportivos etc. y luego es conveniente que los padres tengan asignado un día al mes o al trimestre para que puedan comunicarse, bien con el entrenador del equipo o con el Director deportivo.

  • Es determinante ayudar a que los padres asimilen que el objetivo fundamental del deporte de formación no es ganar (algo que le diferencia del fútbol profesional).
  • Los padres y el

Es muy importante que los padres entiendan la difícil labor que desempeña el entrenador. Por este motivo deben ser un apoyo, no entrando en conflicto con las  decisiones que este tome, procurando en todo momento remar en la misma dirección.

  • Establecer algunas pautas de comportamiento para las competiciones, por ejemplo:

Antes del partido los padres deben ayudar a su hijo con las comidas y las horas de descanso evitando que la competición centre toda la atención de la familia.

Durante la competición deberán comportarse como padres respetuosos, sobre todo con el equipo contrario y con el árbitro, dejando la labor de dirección del partido al entrenador.

En el postpartido apoyarán y felicitarán a su hijo independientemente del resultado, no siendo este aspecto el que guie sus emociones y su conducta –sobre todo cuando el resultado sea negativo.

De esta forma, la información y formación adecuada a los padres hace que estos sepan ajustar sus expectativas, emociones y adaptar su comportamiento a lo que de verdad se espera de ellos, beneficiando a sus hijos, que son los verdaderos protagonistas del deporte.

Conclusión

El trasfondo que siempre deben recordar todos los agentes implicados en el fútbol formativo, clubes, padres y entrenadores, es que la práctica deportiva no es en sí misma buena, únicamente es el deporte realizado bajo determinadas pautas el que sí logra los beneficios asociados a su práctica. Únicamente en ese caso, los deportistas saldrán beneficiados.

Likza Ramírez es Psicóloga Deportiva, coordinadora y gestora de desarrollo de la psicología del deporte en sSIPD-Honduras y consultora en Ser Psicología del Deporte.

J. Enrique Rincón, es Psicólogo Deportivo, docente en www.psicologiaparaentrenadores.com

Vicenç Raluy, Máster en psicología del Deporte Director de www.psicologiaparaentrenadores.com